jueves, 16 de octubre de 2008

Chaves en Argentina


Magnífica columna de Eva Díaz Pérez publicada el jueves 16 de octubre en El Mundo de Andalucía .

EL PATRIARCA AUSTRAL
Pasea Chaves por Corrientes, esa calle vagabunda, según el escritor Roberto Arlt. Los aires porteños, las músicas de arrabal, la luz ambarina y descarada de Buenos Aires le hacen creer que está dentro de un cuento borgiano. Confunde realidad y ficción. Por eso, le suena lejanísimo el eco de los buques encallados en la Bahía de Algeciras, los titulares de los periódicos ante los que siempre tiembla y la crisis molesta y pegajosa. Qué lejano el cuero del sillón de su despacho, qué ajeno ese murmullo, esas voces fastidiosas que su séquito –también el periodismo de cámara– intentan que nunca oiga.
Chaves disfruta y goza su otoño de patriarca en tierras australes, en ese cono sur en el que baila tangos acriollados a golpe de titulares con cierto tono cercano al lunfardo.
A comienzos del siglo XX, Buenos Aires estaba dividido en dos mitades literarias: la de Boedo –social y de las afueras de suburbios– y la de Flores –estetizante y céntrica, conservadora–. Chaves diría que es de Boedo, claro, porque su ideología de máscara y cliché acompaña –en apariencia– mejor al obrero y el arrabal. Pero ¿quién podría decir a estas alturas que este hombre es de izquierdas? En Buenos Aires, a Chaves se le ve el plumero del barrio de Flores, que es donde están los que manejan, los que viven en el poder y en los tronos oficiales. Como él.
Chaves, obnubilado por su paseo dentro del cuento borgiano, se ha olvidado de sus molestas realidades andaluzas y juega a dar titulares bienintencionados. Ayer mismo ofrecía a Argentina la colaboración andaluza –a través del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada– para crear un «banco genético» que facilitaría la identificación de desaparecidos en la dictadura militar argentina.
Es curioso, los andaluces que buscan a sus desaparecidos en la Guerra Civil estarían muy agradecidos si Chaves tuviera también un gesto con ellos. Pero a Chaves le dan miedo y le molestan los familiares de los represaliados andaluces. Ni se entrevista ni se fotografía con ellos.
Por eso, cuando salga de su cuento borgiano se dará de bruces con un final inesperado. El próximo 25 de octubre habrá una manifestación en Sevilla para denunciar la pasividad de la Junta ante la búsqueda e identificación de las fosas. Los familiares portarán las fotografías de sus desaparecidos. Por cierto, al más puro estilo argentino.