lunes, 26 de enero de 2015

Revista GURB, dedicada al terrorismo fundamentalista

Estimado Gurb:
Verdaderamente ya nada es como antes. Vivimos una época de adulteraciones y sucedáneos: el café ya no sabe a café, el pollo sabe a plástico, la vaca a clembuterol y el tonto del pueblo, ay, amigo mío, el otrora tonto del pueblo bonachón y lleno de babas como Dios manda, también ha degenerado una barbaridad. Y es que, ¡vaya por Dios!, hasta las mejores costumbres se están perdiendo. Antes, cada pueblo tenía su tonto que iba el pobrecito por las calles sin meterse con nadie, recogiendo colillas y jugando con un yoyó. Pero ahora, con esto de la globalización los tontos del pueblo ya no sólo no son esos tontos tan simpáticos de antes que no sabían hacer la “o” con un canuto sino que son unos tontos antipatiquísimos que en vez de practicar para hacer la “o” como es su obligación (contemplada además en el convenio colectivo de los tontos del pueblo), pues cogen el canuto ese y se fabrican los tíos una metralleta o algo muchísimo peor para meterle a cualquiera que se les ponga a tiro seis o siete mil balas en el estómago… ¡Con lo que eso duele! Yo no sé adónde vamos a ir a parar, Gurb.
TEXTO COMPLETO:
http://www.gurbrevista.com/2015/01/carta-gurb-13/

jueves, 15 de enero de 2015

Revista GURB tocando a la infanta Cristina...

Estimado Gurb:
Hoy pensaba narrarte un hecho sorprendente relacionado con la infanta Cristina y su verruguita; sí, esa verruguita que tanto hermosea su juvenil rostro. Yo iba a contarte cómo la infanta, al modo de las madres desnaturalizadas de los melodramas decimonónicos, había dejado a su verruguita en el portal de mi casa con un cartelito muy sentido que decía: «Si dejo aquí a mi verruguita es porque no quiero que ella sufra los infortunios que me afligen. Por amor de Dios, no la abandonéis. Firmado: Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia». Después, por supuesto, quería referirte con detalle cómo yo, conmovido por la nota manuscrita por el mayordomo de la infanta, me he hecho cargo de la verruguita cuidándola y amamantándola con mis cinco pechos para que crezca fuerte y pueda hacerse de mayor una verruga como Dios manda.
TEXTO COMPLETO: