jueves, 15 de enero de 2015

Revista GURB tocando a la infanta Cristina...

Estimado Gurb:
Hoy pensaba narrarte un hecho sorprendente relacionado con la infanta Cristina y su verruguita; sí, esa verruguita que tanto hermosea su juvenil rostro. Yo iba a contarte cómo la infanta, al modo de las madres desnaturalizadas de los melodramas decimonónicos, había dejado a su verruguita en el portal de mi casa con un cartelito muy sentido que decía: «Si dejo aquí a mi verruguita es porque no quiero que ella sufra los infortunios que me afligen. Por amor de Dios, no la abandonéis. Firmado: Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia». Después, por supuesto, quería referirte con detalle cómo yo, conmovido por la nota manuscrita por el mayordomo de la infanta, me he hecho cargo de la verruguita cuidándola y amamantándola con mis cinco pechos para que crezca fuerte y pueda hacerse de mayor una verruga como Dios manda.
TEXTO COMPLETO:

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