viernes, 18 de septiembre de 2015

GURB dedicado a las elecciones catalanas

Estimado Gurb:
En qué mala hora se me ocurrió el otro día disfrazarme de Papá Pitufo en la fiesta que dio el director de esta nuestra revista que lleva tu nombre para celebrar su reciente cambio de sexo (se lo ha cambiado de sitio y ahora lo lleva en la frente). Te cuento:
Como a la fiesta también estaba invitado el presidente de la Generalitat don Artur Mas, que como todo el mundo sabe es un ferviente defensor del derecho a la autocolocación del sexo (él mismo, sin ir más lejos, lleva el suyo en la axila derecha), pues cuando me vio con el gorro de Papá Pitufo me tomó por catalán y se ha empeñado en hacer proselitismo conmigo. Y está el hombre tan ilusionado, que, claro, a mí ahora me da no sé qué decirle que yo soy de Bormujos y no de Sant Cugat del Vallés, hermoso municipio barcelonés en el que por no sé qué extrañas elucubraciones de su cerebro él cree que yo he nacido.
Desde ese día, empeñado como está don Artur en captar mi voto, no para de hacerme unos mimos y carantoñas que a mí desde luego me parecen un tanto exagerados, la verdad. Y es que si ve que estornudo, por ejemplo, por evitar que me constipe él va y se mete conmigo en la cama para darme calor procurando así que me ponga bueno y pueda ir el domingo 27 a votar para liberar a Cataluña del yugo imperialista. Y lo peor no es que todas las mañanas me dé un beso al despertar, ni que me traiga a la cama butifarras con judías para desayunar diciéndome «carita de nardo», «capullito de alhelí», «rosa de pitiminí», «carita de madreselva», «tres por ciento de comisión» y otras zalamerías tan hermosas y sentidas. Lo peor, Gurb de mis entretelas, lo peor es que está llevando tan lejos su campaña electoral personalizada que, hasta cuando por culpa sin duda del exceso de butifarra se me hinchan las hemorroides, él, figúrate Gurb, ¡¡ÉL!!, el Molt Honorable Senyor Artur Mas i Gavarró President de la Generalitat de Catalunya me las introduce amorosamente con su dedito índice… Ese insigne dedito admonitorio, por cierto, que tan bien sabe utilizar don Artur para señalar al cruel estado español.
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jueves, 10 de septiembre de 2015

CHARLIE, novela ganadora del VII Premio de Narrativa Creadores por la Libertad y la Paz de la Fundación contra el Terrorismo y la Violencia Alberto Jiménez-Becerril en 2013

Barcelona 1987. La banda terrorista ETA coloca una bomba en el centro comercial Hipercor, matando a veintiuna personas e hiriendo a cuarenta y cinco. El suceso sirve al escritor José Luis Castro Lombilla para escribir ‘Charlie’, una novela que reflexiona sobre la pérdida de un hijo a manos del terrorismo. La historia indaga en la muerte y el horror, pero también plantea las dimensiones éticas de la tragedia, la salvación a través de la paz. No es una historia de rencor sino de salvaciones, de optimismo, de triunfo de la no violencia como ética para sobrevivir, es una historia triste y redentora, un ejercicio sobre la memoria y contra la desmemoria, una crónica del dolor que devora.
DESCARGA GRATUITA en Biblioteca GURB:
http://www.gurbrevista.com/2015/09/charlie-por-jose-luis-castro-lombilla/

viernes, 4 de septiembre de 2015

Nuevo GURB, dedicado a Donald Trumb.

Estimado Gurb:
Para anular la vil campaña que por sectarismo ideológico ha lanzado contra Donald Trump el lobby latino, te voy a contar su vida, así verás que este hombre, lejos de ser ese ogro xenófobo y estúpido que pretenden hacernos creer, es un santo varón como la copa de un pino. Te cuento: Desde muy pequeño Donald tuvo muy clara su vocación: quería ser primera bailarina del Bolshoi. Y como él siempre ha sido un hombre muy trabajador, comenzó a entrenarse dentro del útero materno.
—Escucha, escucha —le decía su madre Mary Anne (de soltera Ruperta Bofarull), a su padre—, qué bien ensaya nuestro fetito el “demi-plié”.
Emocionado por los progresos de su pequeño cachorro embrionario, su padre no dudó en facilitarle las cosas y durante la gestación le hizo llegar hasta la matriz una barra de entrenamiento, una profesora del norte de San Petersburgo, una orquesta sinfónica y cuarenta bailarines profesionales para que lo acompañaran en sus clases. Y aprovechó tanto las lecciones Donalcito, que cuando nació ya llevaba un precioso tutú de organdí que le quedaba, las cosas como son, divinamente.
Pero hete ahí, Gurb, que cuando el muchacho ya se disponía con toda la ilusión del mundo a convertirse en primera bailarina del Bolshoi, una fatal noticia vino a truncar todos sus anhelos y esperanzas.
—¡Ya no quedan plazas vacantes de primera bailarina del Bolshoi! —dijo su padre entre lágrimas mientras besaba con paternal fruición el sonrosadito periné de su hijo—. ¡Sólo quedan plazas como sochantre en la catedral de Michigan…!
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