Me he hecho pirata. Te cuento:

Además me dijo que con el parche que llevaba yo le recordaba a Moshén Dayan y que no tenía más remedio que matarme. Para salir del paso, como me puse nervioso, no se me ocurrió otra cosa que decirle que yo no era el general Dayan sino el general Millán Astray, el insigne militar español creador de la Legión. Y para dar verosimilitud a mi afirmación me coloqué su embudo en la cabeza y lo más fuerte que pude grité: «¡Viva la muerte…!». Y, entonces, al conjuro de mi grito, como en el final de Teléfono rojo, volamos hacia Moscú, de Stanley Kubrick, montado sobre un misil apareció en el cielo Benjamin Netanyahu agitando con alegría un sombrero de “cowboy” cien por cien estadounidense. «¡Viva la muerte!, ¡viva la muerte!», gritó a su vez Netanyahu mientras saltaba del misil un segundo antes de que impactara en la barriga del yihadista. Como al yihadista no le pasó nada porque se había atado a la cintura a doscientos cincuenta y tres civiles palestinos que amortiguaron la explosión, riendo a carcajada tendida, dijo: «Yo es que nunca salgo de casa sin protección. ♫Tralaríiii…, tralaráaaa…♫ ¡Y viva Mahoma manque pierda!». Después, mirando fijamente a los ojos de Netanyahu mientras éste terminaba de lamer con ansia la sangre palestina derramada por la cubierta del barco, el yihadista cantó lo siguiente: «♫Mi tierraaaa, me la robaroooon, estandoooo de romeríaaaa…♫». Ante tamaño desafío, Netanyahu dejó de lamer la sangre, púsose en pie, y cantóle al de Hamás: «♫No me gusta que a la yihaaaad te pongas la minifaldaaaa…♫».
TEXTO COMPLETO:http://www.gurbrevista.com/2014/09/carta-gurb-5/
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